Trucos para tener el currículum perfecto

Aunque parezca mentira, la presentación del currículum, algo que debe ser obviamente perfecto, peca generalmente de caos, desórdenes en las ideas a transmitir, una mancha de taza de café o una foto de cuando tomaste la comunión. Si quieres pasar a la ronda de entrevistas, ésta es tu oportunidad.

El orden de los factores altera el producto

Si en el ‘cole’ te decían que no, te diremos que para el currículum sí que es importante. Muchas son las personas que escriben el listado de trabajos que han tenido de forma cronológica (correcto), pero empiezan por el más antiguo hasta el más reciente (incorrecto).
Si has tenido 15 trabajos en 5 años, tenemos un problema. Si parte de estos trabajos no tienen relación con lo que vamos a demandar, tenemos dos problemas:

  1. En el caso que tengas un currículum como el que te describimos, la forma correcta de presentarlo será: elige tus trabajos más representativos y aquellos en los que hayas durado más. Es importante que vayas con ojo con los motivos del cese.
  2. Si tienes un perfil laboral con varios tipos de profesionalización, plantéate hacer un currículum para cada perfil. Por ejemplo, si eres cocinero y has trabajado además como profesor de inglés, la solución es clara. Un CV para la cocina y el otro para el pupitre.

Un CV de dos páginas

Si eres capaz de reducir todo lo que quieres contar sobre ti en las dimensiones de «todo lo que debes decir de ti» lo habrás conseguido. En papel se traduce a una página, máximo dos. Ni a doble cara, ni comprimiéndolo todo en un tamaño de letra propio de los contratos “con trampa”. Piensa que quien lo tenga que leer es posible que tenga una montaña con ‘tropecientos’ candidatos. Si se aburre, pasará al siguiente.

La Comic-Sans no funciona

Con lo del aburrimiento llegamos a la «presentación formal». Dependiendo del tipo de trabajo, te hará falta transmitir una imagen u otra. Cuando hablamos de trabajos como fontanería, una tienda, o una fábrica, intentaremos optar por una imagen sobria, con pocos colores, con una tipografía limpia, esto es tipo ‘Arial’, ‘Tahoma’, ‘Verdana’… y sólo una, porque si usas más de 2 colores o más de 2 tipografías puede ocasionar efectos adversos en el seleccionador, por ejemplo un ataque de nervios o una ceguera parcial por ‘shock’.

En cambio, si tu trabajo es más creativo deberás apostar por transmitir una imagen que, mostrando tu ingenio, no resulte un tríptico de publicidad. Resultar llamativo, sin caer en el exceso, debe ser tu premisa.

Sonríe y di: «patata»

Para la foto no escatimes en intentos: si a la primera no estás perfecto o perfecta, repite. Debes escoger una fotografía donde aparezcas de forma «limpia». Ni maquillada en exceso ni con una barba de dos días mal cuidada. Piensa que aquello de ”la primera impresión” debes cumplirlo sin la más mínima equivocación.
La fotografía debe ser clara, con el pelo recogido o en su defecto apartado de tu rostro. Sonríe y mira a la cámara con seguridad. Piensa que tras el objetivo está tu ansiado trabajo.
Si crees que te vas a sentir de manera incómoda en el estudio de fotografía puedes hacerte tú la foto en casa y después darle algunos arreglos y recortes para insertarla en tu currículum.

El corrector es tu amigo, pero no el único

A todos se nos escapa alguna falta de ortografía, pero en el currículum no debe haber NINGUNA. Piensa que te estás vendiendo y que la perfección debe ser absoluta. Si tras pasar el corrector del Word, del Open Office o del programa que estés usando, tienes alguna duda, consulta a un amigo, o a dos, o a todos los que puedan dar una lectura en profundidad. Seguro que ellos ven lo que a todos se nos escapa.

El «Avecrem» que enriquece este cocido

No vamos a engañarte, tu currículum, si has seguido estos pasos habrá mejorado considerablemente. Pero ¿sabes qué es lo que más van a valorar una vez sea presentable? Está claro, lo que contiene. Es importante que tu perfil profesional esté bien referenciado y que tengas una formación adecuada, especializada y, muy importante, que esté reglada.

Las empresas quieren encontrar, en los procesos de selección, al candidato ideal para cubrir sus necesidades. Si cumples sus requisitos y además eres capaz de reemplazar otras tareas, por ejemplo en una baja de algún compañero, aún serás mejor candidato. Pero tampoco tienes que desanimarte si no cumples al 100% lo que piden en una oferta. Un buen seleccionador de personal valorará tus aptitudes y si tu perfil sirve para cubrir otro puesto, lo tendrá en cuenta.

El aprender no ocupa lugar, no ocupa tampoco demasiado tiempo, ni ocupa más responsabilidades que las de ser mejor profesional. Si lo que quieres estar es ocupado con el trabajo de tus sueños, o el que te pague las facturas, presentación y un buen contenido te abrirán la puerta grande.

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