¡Me voy a la competencia!

Has intentado crear una relación que durase toda la vida. Pero algo no funciona: has perdido la chispa, la empresa no te ha tratado como esperabas, o bien hay otra por ahí tentándote para abandonar… ¿Cómo dar el paso para empezar una nueva relación sin que la actual se convierta en una tortura?
Bien porque lleves poco tiempo en el trabajo y no te sientas todo lo bien que desearías, o tal vez lleves demasiado tiempo y estés oliendo en tu piel cierto tufillo a cenizas, te planteas cambiar de empresa y no sabes cómo hacerlo. Pasar de estar OK a estar KO se puede deber a muchas razones, incluso a varias a la vez:

  • El estrés debido a una mala organización de la empresa
  • El exceso de responsabilidad y la falta de tiempo libre que te deja
  • Querer ascender y sentirse bloqueado
  • Que la ubicación del trabajo te pille muy lejos

Evidentemente, la resignación es una vía, pero posiblemente acabes por explotar y te dediques a arañar mesas y paredes al mínimo contratiempo. Ese o esa no eres tú. Te podrías pedir una baja por depresión, pero no es nada recomendable. ¿Por qué? Bueno, lo primero es porque no te la deseamos bajo ningún concepto, la otra cosa es que una baja por depresión no afecta sólo a tu trabajo sino que afecta a tu vida y podría afectar al futuro.
Como es mejor prevenir que curar, te recomendamos que sigas estos pasos:

1º Aprovecha tu experiencia

Si hay algo que sabes hacer bien, ¿por qué no lo aprovechas? Cierto es que un “bagaje profesional” como el tuyo te puede servir para otra profesión. Dar el paso de (por ejemplo) auxiliar de enfermería a un secretariado médico te exige sólo una pequeña formación, pero nosotros estamos hablando del caso en el que no quieras cambiar de profesión porque simplemente ésta es la que te gusta.

2º Revisa tu contrato actual

Ten en cuenta que al entrar en  la empresa puedes haber firmado un contrato o cláusula de confidencialidad. Esto te impediría trabajar en determinadas empresas de tu sector. Consulta qué limitaciones tendrás.

3º Comprueba la situación de tu sector

Debes asegurarte que el resto de las empresas similares que estén cerca de ti gozan de buena salud. Si buscas empresas de tu sector, e incluso proveedores y clientes de tu empresa actual, podrás también tener una lista de empresas en las que podrías encajar como trabajador. Una de las razones por las que estés a disgusto podría ser que la actual empresa esté en crisis. Tal vez en otro país tu sector está mejor. ¿Has pensado en ir al extranjero? En ese caso certifica tu nivel de inglés, francés…

4º Actualízate

No sólo de tu experiencia puedes alimentar tu currículum. Piensa que los avances en tu profesión pueden jugar en tu contra si no estás al día. Es conveniente que estés “siempre a la última”, pero en este caso aún más. Fíjate en qué piden ahora para cubrir un puesto similar o superior al tuyo, y comprueba que tienes los conocimientos y habilidades para ser el candidato ideal.

5º Nuevo currículum

Está claro que el anterior ya no te servirá, pero seguramente el modo con el que llegaste hasta esta empresa tampoco. Al margen de candidaturas espontáneas (de las que entregas el currículum a recursos humanos de la empresa deseada), hay portales de empleo y redes sociales profesionales que debes explorar. Ahí está tu “competencia”. Mejor conocerla y corregir tus puntos débiles.

6º La recomendación sigue siendo importante

Aunque en este caso es posible que te suponga un impedimento pedírselo a tu actual jefe. En algunas situaciones es posible, inténtalo. Si tienes buen contacto con anteriores empresas donde trabajaste, o clientes, echa mano de ellos.

7º Nada de despedirse a la francesa

Cuando consigas el nuevo trabajo, trata de despedirte de la mejor manera. Avisa de tu marcha, esgrime argumentos del por qué te vas que no ofendan y piensa que quedar bien es mejor que ganarte enemigos. Además, el mundo es un pañuelo y en el futuro puedes coincidir con alguno de tus compañeros o superiores, o querer volver.

Los amores profesionales para siempre cada vez son más difíciles de encontrar. Ya sea por un espíritu personal o profesional de superación, o porque las empresas tampoco están por la labor de fidelizar a sus empleados. Irte a la competencia ya no es tan “feo” como hace unos años. Incluso se dan casos de empresas que trabajan con la tuya actual, o de las de la competencia directa, que te siguen y hacen el intento de “cazarte” en sus filas. Pero para dejarse “querer”, tienes primero que hacerte valer.

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