¿Cómo gestionar el working capital?

La visión de una buena parte de las organizaciones es ambiciosa, aunque muchos se quedan en un pensamiento amplio, en macro, sin prestar atención a ciertos detalles. En ocasiones se piensa que con un buen departamento de administración, contabilidad y una logística adecuada, el éxito está garantizado. Sin embargo, algunos gerentes toman decisiones en función de corazonadas o de experiencias pasadas, cuando lo importante es sistematizar meticulosamente cada eslabón de la cadena, uno de ellos es el working capital, capital circulante o fondo de maniobra.

De acuerdo con el blog de Gedesco, organización que brinda servicios financieros a empresas, el concepto de working capital es un indicador de la liquidez de la que dispone una empresa, ya que mide la capacidad que tiene un negocio para hacer frente a sus deudas más cercanas. Según información publicada por la consultoría Grant Thorton, desde un punto de vista contable, se trata de los recursos financieros que la empresa necesita para realizar su actividad en el día a día, mientras que desde un punto de vista económico, es la parte del activo circulante que, después de satisfacer todos los pasivos a corto, continúa como propiedad de la empresa.

El cálculo se hace restando el pasivo corriente o circulante al activo corriente, por lo que cabe suponer que las deudas no deben superar los activos para garantizar la liquidez. Si existe una diferencia marcada al revisar este capital de trabajo, se plantea un escenario a corto y largo plazo en el que la empresa no tenga la capacidad de asumir sus compromisos. La meta es ampliarlo para generar liquidez.

Retos a superar

PwC, organización con servicios de auditoría, consultoría y asesoría legal, resume los principales desafíos a los que se enfrentan los negocios cuando se trata de working capital:

  • Reducir los niveles de deuda a través de la liberación de caja retenida en el capital circulante.
  • Mejorar la eficiencia en la utilización del circulante.
  • Conseguir reducciones significativas en las necesidades de inversión en capital circulante.
  • Evitar la dilatación de los periodos de cobro y en consecuencia el aumento de la deuda-cliente con respecto a las ventas.
  • Gestionar el aumento de la deuda vencida e incobrable.
  • Aumentar la visibilidad en los niveles de inventario.

Las estrategias que permiten mejorar este fondo de rotación son diversas, y puede que sea necesario buscar algún tipo de asesoría para garantizar una gestión adecuada. Con el factoring se pueden adelantar y garantizar el cobro de facturas a clientes. Por otra parte, una máxima rotación de los inventarios es de gran ayuda, al igual que el aumento de los financiamientos a largo plazo.

Garantía del éxito

No solo se necesita alcanzar un peldaño alto, sino mantenerse en movimiento. Aunque existirán altos y bajos en el desempeño de toda organización, es indispensable cuidar el motor que la pone en marcha a diario. Muchas veces el capital circulante es un factor que se relega por desconocimiento o falta de atención. Cuidar este aspecto es una tarea meticulosa que requiere de aspectos tan sencillos como sistematizar algunos datos básicos, como por ejemplo los días de inventario en los almacenes, las condiciones de pago para cada proveedor y los montos que se adeudan, lo que permitirá realizar cálculos a mayor escala y tomar decisiones en cuanto a la materia prima, almacenamiento y cuentas por pagar, entre otros.

Gestionar el working capital involucra las áreas de logística, operaciones y hasta la de control de calidad. Todo proceso es multifactorial y requiere la integración de distintas áreas para garantizar el rendimiento, además del financiamiento de oportunidades de inversión. La liquidez no solo se trata de pagar a los proveedores. Ampliar el panorama y el rango de acción solo es posible con una suma de acciones que ameritan una evaluación permanente para garantizar el mejoramiento continuo.

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