La economía sumergida tiene consecuencias negativas en nuestra sociedad

En España este tipo de fraude alcanzó ya el 28% del PIB en 2013. La economía sumergida se conoce comúnmente como “trabajar en negro”. ¿Conoces a alguien que trabaje sin pagar los impuestos? ¿Sabes qué es la economía sumergida exactamente? Se entiende como un intercambio de bienes y servicios que no está sujeto a ningún control fiscal. Este tipo de economía se puede encontrar en mayor o menor medida en casi todo el mundo.
A causa de la crisis en nuestro país han aumentado las personas que trabajan «en negro», tanto en relaciones laborales como en compraventa de bienes, como por ejemplo la vivienda. Son muchos los ciudadanos que únicamente cuentan con este tipo de ingresos para llegar a fin de mes y para ellos, pagar los impuestos correspondientes sería quedarse sin nada. Pero la economía sumergida o a la «picaresca» provoca efectos negativos en la sociedad en la que todos vivimos.

Consecuencias en los trabajadores

En España el trabajo «en negro» o no declarado no es algo nuevo, pero la crisis favorece cada vez más que las personas con menos recursos recurran a este tipo de actuaciones para poder llegar a fin de mes, ya que en muchas familias es el único dinero que entra en el hogar.

Las consecuencias llegan a largo plazo, puesto que esto supone una precarización de la vida laboral y personal de quienes forman parte de la economía sumergida, aumentando además los índices de pobreza. Trabajar sin contrato y sin estar asegurado conlleva estar desprotegido en cualquier ámbito: social, económico y laboral.

Imaginemos por un momento que una persona que trabaja «en negro» tiene un accidente y no puede desempeñar su trabajo. Durante todo ese tiempo no podrá recibir ningún ingreso y además carecería de cualquier cobertura pública ante un siniestro. Y si nos vamos al otro extremo, si la persona fallece sin cotizar en la Seguridad Social el tiempo necesario, el cónyuge no tendría ningún derecho de percibir una pensión de viudedad.

¿Y qué ocurre si se produce un despido? La persona afectada que ha trabajado sin estar asegurada no tendría por qué recibir ninguna indemnización por parte del empresario, ya que no está cotizando y además no podrá hacer nada de manera judicial ni reclamar sus derechos. Otro inconveniente de no cotizar es que la persona afectada no podrá cobrar una prestación o subsidio por desempleo.

También podemos encontrar casos en que los trabajadores tienen un contrato firmado para unas determinadas horas pero cobran «en negro» otra parte de su jornada. Estas horas tampoco computarían para conseguir un cantidad de paro más elevada. Si se da el caso de una inspección laboral y se descubren trabajos que no están siendo declarados, se pondría una sanción económica y la retirada de la prestación o el subsidio.

Ser parte de la economía sumergida tiene efectos negativos, ya que también influye al cobrar la pensión por jubilación. Si una persona ha cobrado menos tiempo del requerido no podrá tener derecho a recibir esta renta. La persona que cotiza por media jornada (independientemente de si trabaja a jornada completa o no) o que haya sido contratada por menos horas de las que realmente trabajará, también se verá perjudicada gravemente.

No podemos olvidarnos del grave deterioro que hay en las condiciones laborales al no existir ni los mínimos derechos para el trabajador, ya sea en vacaciones, horario o su propia seguridad. Además, sin un currículum que pueda acreditar que se tiene una experiencia laboral resulta más complicado encontrar un empleo o crecer profesionalmente.

Consecuencias para las empresas

Hay quienes piensan que para las empresas contratar los servicios de personas que no están aseguradas son ventajas, puesto que se benefician de un trabajo casi sin gastos. La realidad es que las empresas deben dar una imagen a la sociedad y si no cumplen con las obligaciones legales generan desconfianza. Para una empresa, el prestigio le hará crecer en el negocio y explotando a los trabajadores para conseguir dinero conseguirá todo lo contrario.

No hay que olvidar que una compañía que está explotando a sus trabajadores puede ser descubierta por una inspección laboral y fiscal, y las sanciones no son pequeñas. Una empresa que defrauda tiene muchos problemas para consolidarse en el mercado y es por eso que suelen durar poco tiempo, además de ser una competencia desleal para aquellas empresas que sí actúan bajo el marco legal cumpliendo con todas las obligaciones.

Por último, otro efecto negativo para una sociedad que defrauda es la imposibilidad para acceder a subvenciones pública,s ya que para poder gestionar los trámites deben adjuntar documentación legal. Y el no tener este tipo de documentación puede “desenmascarar” su realidad ante la sociedad y tener consecuencias negativas y sanciones si se descubren.

Consecuencias para la sociedad

La primera consecuencia negativa para la sociedad que cabe destacar es la reducción de los impuestos recaudados, algo que nos afecta a todos de manera directa. ¿Por qué? Porque si un empresario paga en «negro» a un trabajador dejará de pagar un porcentaje que permite el mantenimiento del Estado del bienestar en nuestro país. Esto repercute negativamente en la construcción de infraestructuras, dar servicios públicos o en pagar subsidios.

Sin embargo, los trabajadores que acceden a trabajar dentro de la economía sumergida sí que suelen disfrutar de los servicios que ofrece el Estado como la sanidad pública, circular por las carreteras, los colegios públicos o las bibliotecas, entre otros. Esto hace que se reste la calidad de vida de quienes sí contribuyen a mantener estos servicios o incluso a aquellas personas que les quitan la posibilidad de acceder a estos servicios.

Compartir artículo

Artículos relacionados

¿Aún no lo tienes claro? Te asesoramos!